My room {Libre}

Acaba de llegar a "casa", y ahora mismo procedia a ir a sus propias estancias, paso por el sinfin de pasillos y pórticos, caminando con mucha paciencia y cansancio, no era porque estuviera agotada ni mucho menos sino más bien por el aburrimiento que procedia el estar en aquel lugar , sobretodo cuando no había visto a Elessar en unos pocos días.

Los soldados establecidos en sus puertas se pusieron en posición cuando la vieron a la par de que abrieron las puertas para ella, les sonrió y penetro en la habitación, a sabiendas de que sería una noche más en ese lugar antes de poder alcanzar el sueño.

...O eso pensó.

¿Como podía el hombre más buscado de todo Erathis infiltrarse en el castillo?... buna pregunta pero sencillo de contestar... había estado en el muchas veces y conocía la forma de actuar de los soldados así como los turnos de guardia y sus costumbres... pues era alguien astuto que no se dejaba llevar por el miedo, solo por la inteligencia y así había llegado.

Entrar a la ciudad de noche era lo de menos, las puertas estaban abiertas para los carromatos llenos de provisiones, logrando meterme en un barril de esos, incómodo quizás cierto, pero efectivo, aunque iba calado pues este barril iba medio lleno que que comprobaban su contenido abriendo el corcho que tenía en la base.

Despues de eso trepar por palacio fue lo sencillo cuando provoqué un altercado en una plaza con una enferma recien muerta a la cual había resucitado... claro... sin descomponerse en absoluto me había dado la ventaja de que creian que era verdad... así qeu los soldados me dieron un margen de unos minutos para escalar a la habitación de la princesa.

Y allí estaba tras la puerta... esperando a que entrara cosa que no tardó en hacer para luego taparle la boca y golpearla fuertemente mientras salía al pasillo y con un ataque entre mi báculo y mi espada derribaba a uno y mataba al otro... bien así podíamos hablar...

Metí dentro a los dos guardias y maté al otro mientras la aturdida princesa se medio recuperaba de su golpe ahora nadie nos escucharia... ventanas cerradas puerdtas cerradas y sin guardias... mi espada desenvainada apuntando a su cuello y una sonrisa malvada en mi rostro:

¡Buh!-fue lo unico que dije mientras la miraba de esa forma tan magníficamente malvada

Y justo cuando penetro en la estancia, fue atacada.

Todo había ocurrido tan deprisa que ni siquiera era capaz de pensar en los detalles de los acontecimientos, sin embargo alguien estaba en su habitación, la había dejado OK antes de lo que hubiera deseado y esperado y había aturdido a los guardias para que estos no la ayudaran ni dieran la voz de alarma. ¿Y ahora que? Ella misma había recibido un golpe y...sus poderes no estaban activos, además de que eran demasiado pasivos como para pensar en que hacer y como proceder.

Bien conocia y podia recurrir a las armas pero no las aceptaba ni le gustaban, además de que el único arma de la estancia era su daga. Alzo la mirada y observo de quien se trataba, enarcando una ceja y haciendo amagos de incorporarse o defenderse ¿I...Ioun?

Me relamí los labios pasando la lengua entre ellos con rápidez, una manía que tenía cuando me regodeaba de mis víctimas... mas ver a los dos guardias sangrantes en el suelo muertos me hizo golpear dos veces el suelo con el báculo... estos se levantaron y se dirigieron hacuia la chica, uno la hizo arrodillar y el otro le puso su espada en el cuello, para mientras el otro la ataba con una cuerda de su cintura:

¿Sorprendida princesa?... Ha crecido usted desde que la vi la última vez... es toda una dama... que pena que hoy acabe sus días-dije con tranquilidad mirando su reacción, no había terminado de hablar, y quizás eso la asustó-Acabaré con tu vida, si tu hermano no cede a mis exigencias por supuesto

Se sorprendio ante los acontecimientos que estaba viviendo, sin embargo eran de estimar y esperar viniendo de alguien como Leucis Ioun, antiguo consejero personal de Alek. ¿Qué? Cuestiono pues ya conocia las exigencias de este tipo de personajillos y siempre sería lo mismo, lo que le sorprendia era el que insistiera en ello Estás loco, maniaco, demente ¡Sueltame! ¡¡¡Auxilio!!! Primeramente le insulto, después pido auxilio a cualquiera de los soldados del castillo, tendría que haber alguien cerca o algo, no podia quedarse así las cosas

Al parecer me cuestionaba, cosa que me daba bastante risa, que llamara llamara... ya me había encargado yo de esclarecer cosas, aun así debía callarle la boca... y eso se encargó primeramente uno de los muertos vivientes golpeando su mandíbula con su guantele, eso dolía de un juerto o de un vido, des pues yo con abstante destreza hice un corte oblicuo a su pecho, con la intencion de cortarla en una herida sangrante pero controlada, no quería matarla a la primera, para despues cambiar a la posición inversa y hacerle otro tajo oblicuo para así dejarle una X en todo el pecho y torso:

Grita... esta todo cerrado... los soldados intentan mantener a raya una muerto viviente de allá abajo y por lo que se... se defiende bien... pues ha matado a dos... vaya... acaba de caer-si... le acababan de cortar la cabeza... percatándose de lo que era... en fin ahora con ella, posé mi baculo la parte de la calavera en su cuello apretando con fuerza-¿Duele?... que pena... sufrirás cada ápice... cada gota de sangre que derrames... será para mi un deleite... y finalmente morirás... ¿y sabes lo mejor?... luego te controlaré

Un grito. No pudo evitarlo y ni mucho menos hizo el amago de hacerlo, las heridas causadas así como el impulso de caer nuevamente a la par de sentir tanta presión en el cuello eran desencadenantes de dolor, sufrimiento y sangre, de tortura y penitencia, Ana podía haberse defendido pero...¿Qué podía hacer contra un druida que usaba la negromancia? Mucho menos si se tenía en cuenta que no ostentaba ningún tipo de armas para evitarlo o defenderse.

Se mordio el labio inferior, sentía ira y rabia, sin embargo no era capaz de hacer nada, estaba a su merced y lo peor de todo no era otra cosa de verse sometida y humillada por alguien tan indigno como lo era Leucis Ioun...

El olor a sangre me inundaba... si esa chica me iba apagar todas juntas con su sangre, si su hermano aparecía, cosa que dudaba, lo despellejaría antes de que pudiera llamara algún guardia... si ahora le tocaba sufir a ella, empuje con mi baculo su cuello y estampé su cabeza en la pared para luego separar este y colocar la calavera del extremo en donde las dos heridas se cruzaban con fuerza haciendo presion para que el báculo se llenara de su sangre su esencia mágica, con eso se podía hacer mucho:

¿Qué te parece?... la princesa desvalida... ¿te comió la lengua el gato?... siempre has sido una debilucha... en realidad es a tu hermano quien busco matar-dije relamiendome el labio para luego proseguir-Creeme si te mato a ti primero la ira de tu hermano le hará perecer.... si pero antes quiero verte suplicar... las lágrimas saltar de tus ojos

Dije y separé el báculo golpeandola con mi bota en el pecho con fuerza, para hacerla golpear la espalda contra la pared y si hacia rebote la cabeza eso no me importaba luego volví a asfixiarla levemente con el báculo en el pecho mietras muna mirada sádica salia de mi rostro medio oculto por mi largo pelaje rizado