Digamos que... ya queda menos (LIBRE)

La chica pareció pensativa, yo seguía sonriendo, hasta que me percaté d elo que iba ahacer cuando ya me arrancó por asi decirlo la camisa, en ese instante aprovehcando que la sangre de su razguño se había mezclado con la sulla comencé con mi poder.

Con susurros bajos comencé a murmurar algo, el cielo se habia oscurecido del todo pero eso era lo de menos, la voluntad de muerto viviente de la chica, o sease la de lobunas quedaron a mi merced, haciendo que las dos partes la humana y la de lobo entraran en cpnglicto comenzandola asi a torturar mentalmente.

Su cuerpo empezaria a arder sin llamas,a dolerle a sentir como lo desagradable le inundaba, como su muerte se fundia con su vida y la incompatibilidad de ambas le hacia llorar lágrimas de sangre, los latdos diezzmados y la chica en una tortura peor que la mismísima muerte, el dolor de alguien que se enfrentaba a mi, un dolor que no se basaba en sangre, sino en venganza

Antes de que mi mano pudiese herir el pecho del hombre, algo me hizo detenerme. Dolia. Dolia como si las llamas del infierno me estuviesen quemando viva, y en mi cabeza no cesaban de escucharse aullidos ensordecedores.
Chillé y me llevé las manos a la cabeza, apretando mis sienes intentando controlar el dolor y disminuirlo un poco. Apreté los dientes y traté de centrarme. No tenia el báculo. no podía haberlo hecho de esa....
Una mancha de sangre en el pecho del hombre me dio una pista. Yo no le había herido tan gravemente...¡Al inclinarme! el corsé estaba desgarrado y empapado en sangre y había embarrado sus heridas con mi sangre. ¿Así lo hací? apenas podía hilar dos pensamientos, y me incorporé para alejarme, tambaleandome, intentando reducir el efecto de su hechizo. Un aullido especialmente potente me provocó otro chillido y que sintiese la cabeza como si me hubiesen dado una botella de vozka y una paliza. Maldita sea. Maldita sea. Lo peor es que entendía los aullidos, perfectamente, y los que aullaban animaban a mi parte loba a obedecer al hombre, haciendo que me retorciese. El lobo tiraba hacia un lado y el humano hacia otro, haciendome sentir como si me fuese a partir en dos.
-¿¡Otra vez!? ¡¡No le voy a obedecer,dejad de aullar!!- ante mi negativa el dolor aumento y con él los lobos, que ahora alternaban aullidos con gruñidos. Caí al suelo, y haciendo un esfuerzo, hice que la parte humana tomase el control poco a poco, hasta que volví a ser humana de nuevo.
Tenía el cuerpo entumecido y temblada, ya que la temperatura de mi sangre bajo de sopetón y los labios se me volvieron azules. Me levanté, y, a duras penas, y al no ver ninguna de mis armas cerca, me dirigí al zarzal en busca del báculo.

Comencé a reir de forma malvada mientras me acercaba a la chica a la cual inundaba el dolor, su incesante mover de un lado a otro, el incesante tener de las manos en la cabeza entre algunos chillidos del dolor, si ahora estaba a mi merced y podría hacer cualquier cosa:

Me subestimaste enana... y ahora sufrirás... estaré débil físicamente, pero mentalmente te puedo-dije-Obedecerás.

Al verla dirigirse hacia el báculo estiré de ella hacia atrás ordenandoa su cuerpo realentizarla, obviamente su parte de muerta era mas fuerte que la viva,, además había sido su odio y su ira lo que la había sobrellevado a esto.

La sangre con la ira, la Ira con el fuego, el fuego con la sangre de un vivo, todo ello en ella hizo estragos, siendo así lo que le hice llegué hacia el báculo antes que ella, ahora estaba completo:

¿Sabes que te poodias mover porque yo no tenía esto?-dije-Diosa que vive el n el mar del caso, rey dorado de la oscuridad, afina esta infame en el dolor y la tortura. ¡para siempre!

Sentencié... todo sería ahora una lucha para ella, si me mataba daba igual el hechizo lo decia claramente para siempre, solo yo podría revocarlo, y para ello que dejara de sufrir de aquella forma, pero ahora me divertiria haciendole sufrir sus penas con dolor... lo cual ya estaba haciendo.

Atacada de los nervios porque mi cuerpo no estaba por la labor de hacerme caso, y encima ahora el tio raro sádico me iba ganando y esto pintaba de mal en peor.
Tenia que transformarme en humana. Tenia que subyugar al lobo... pero no podia concentrarme sin que el tio este me mandase al otro barrio.
Otra ola de dolor me recorrio cuando el lobo respondió con fiereza al tratar de encerrarlo. Caí al suelo varias veces ya que me temblaban las piernas y me fallaban de vez en cuando. Al escuchar la "maldición" apreté los dientes y con todas mis fuerzas le gruñí.
¡Sería bastardo el muy....¡bastardo!...!
Aunque conseguí incorporarme, comencé a retorcerme en cuanto el lobo me empezó a ganar terreno. Sis eguía así me iba a transformar por completo. Ya sentía las costillas agrandandose y retorciendose dentro de mi pecho. Podía sentir como los órganos se movían y se realineaban. Tenía que pararlo.... Tambaleandome, sujetandome el abdomen con una mano y presionando para aliviar un poco el dolor, me comencé a acercar al hechicero, pero cada paso era como tener las piernas llenas de brasas y el cuerpo lleno de agujas al rojo.
- Quítalo- le ordene en un tono que no dejaba espacio a réplicas
- Ahora- Tuve una arcada y sentí el regusto a sangre en mi boca. La realineación estaba empezando a completarse.

Rey con absoluta maldad, al ver como la debil chica intentaba acercarse a mi, pedirme que la liberara de esa tortura... parar, ¿eso que era?... ¿Acaso no me había retado ella? Ahora sufriría las consecuencias, de aquel que reinaba en la oscuridad y controlaba a los muertos vivientes, lo cual me hizo empezar a reir de forma malvada mientras optaba por la opción de la tortura... si... no la iba a matar pero sufriría:

¿Que dices?... mirate no estas en condiciones de exigir... no tienes fuerzas para ello...-dije, aunque a decir verdad, ella me había echo sufrir aun tenía fuerzas-Has luchado bien... mas para que veas que soy misericordioso no te mataré pero si... te haré sufrir hasta que te arrodilles y supliques piedad

Era una indirecta mi báculo se expuso frente a ella evitando que diera un paso más con mi poder, estaba bajo mi control, y ahora sufriría de tal manera que me pediría piedad a gritos

Mi avance se detuvo de repente y retrocedí unos pasos, como si me hubiese chocado con una pared invisible. Otra convulsión y me tuve que sujetar el vientre con ambas manos.
Ya no podía más. Cerrando los ojos, dejé que mi mente vagara y el animal se apoderase de mi cuerpo. Caí como un bulto de rodillas, y al tocar el suelo comencé a temblar y retorcerme, mientras mis huesos crecian y cambiaban, se dislocaban y volvian a unirse. Mi rostro empezó a sangrar por los ojos, la nariz y la boca cuando la estructura interna de mi craneo se transformó en la cabeza de un lobo. mi rostro se alargó y convirtió en un hocico, mi ropa, al no poder contener mi cuerpo en transformación, comenzó a romperse. En poco tiempo solo unos tristes jirones de ropa esparcidos por el pasto daban testimonio de que antes hubiese estado allí algo parecido a un humano. Con el cuerpo menos adolorido, me incorporé, irguiendome en mis dos metros de alto del hocico al suelo.
Me había transformado en un gigantesco lobo de color chocolate con reflejos rubios, rojizos y ceniza en el pelaje. Mis ojos eran ahora de un tono chocolate más claro, casi ambarino. Pero ya no conservaban el brillo humano.
La forma de lobo aliviaba el dolor pero aún tenia descargas que me hacian estremecer al no doblegarse del todo mi mente.
Emití un aullido bajo en señal de protesta.

Cruzados ya de brazos, vi su transformación el como esta se habia convertido en un lobo, un chucho sarnoso por así decirlo, pero bello, aunque en este caso bella... lo mejor de todo fue ver como la sangre brotaba de cada parte de su cuerpo, como la transformación había dado sus frutos.

Fue en el momento que quedó completamente convertida y casi a mi merced cuando detuve el hechizo, lo eliminé, por así decirlo, ya no necesitaba darle más dolor... mas con algo de esfuerzo cogí mi espada con la mano herida y me la guardé mientras observaba a aquel perro y me acercaba con báculo en mano:

Vaya... vaya... vaya-dije con tranquilidad-Ahora... dime... o aulla si quieres en respuesta... ¿me obedeceras?... solo quiero eso puedes pasarte a tu forma humana... si es que obedece muajajaja

El dolor se fue y me erguí en toda mi estatura.
Gruñí por lo bajo ante su calma y aires de superioridad. Con una tranquilidad casi insultante, le dí la espalda y aulle al bosque, dond un coro de aullidos se me unió. Me alejé lentamente de él hasta llegar a la mochila que habia quedado tirada en el suelo y de allí saqué , una muda, unos pantalones cortos y un corsé de cuero con un chaleco de piel.
Con las prendas en la ropa, me escondí tras unos arbustos y me convertí de nuevo en humana.
-anda con el Puedes pasarte a forma humana si quieres... menos mal que tengo una muda de ropa, ¡pervertido!- mascullé por lo bajo mientras me intentaba abrochar el corsé y los pantalones al mismo tiempo. Cuando lo conseguí, salí colocandome el chaleco sobre los hombros y medio gruñendo. Iba descalza, pero no me importaba. Eso me hacía estar más en contacto con el bosque.
Caminando a zancadas, me planté delante de él con los brazos en jarras.
En está forma tenía que levantar la cabeza para mirarle a los ojos, pero mi actitud era más orgullosa que la de una emperatriz y con una seguridad en mis gestos casi arrogante.
- No soy un perro amaestrado. Ya te lo he dicho. No obedezco a nadie. Pero has demostrado no ser un omega debilucho, por eso, por decirlo de alguna forma, tienes mi respeto- eso, y que los aullidos anunciaban caza en las cercanias y es que me moria de hambre. cosa que confirmo el gruñido de mi estómago.
- Pero no contarás con mi obediencia. Yo no juro lealtad a nadie. Flaqueas un poco cuando estás sin el báculo y sin magia, pero no se puede esperar más de un humano...- me quedé mirandolo fijamente en la misma postura desafiante.

Finalmente todo pasó y yo sonreí de forma tranquila malvada si pero tranquila, la chica se fue a los arbustos, creyendo que era un pervertido, si quzás lo era o quizás no eso la verdad no me importaba demasiado, no era pervertido ni me importaba el cuerpo de la chica para nada.

Su aparición fue estelar, enfadada orgullosa, pero dolida, le había ganado limpiamente, pero en fin claro que sin mi báculo no era mucho, pues con el canalizaba y amplificaba aun asi no lo era todo:

Es lo que me hace superior a ti, la magia, así que callate, pues te he ganado con mis habilidades tu sin tus poderes de lobita tampoco eres mucho-sentencie para luego quedar complacido-De acuerdo me conformaré con humillarte tan solo... ahora espero que no vuelvas a molestarme cuando estoy en pleno combate

Tuve un tic en la mandíbula al escuchar esas palabras. comencé a golpear ritmicamente el suelo con la puntera del pie marcando el ritmo y me cruce de brazos.
-¿disculpa?- dije en el mismo tono de voz de antes, pero ahora sono levemente ofendido. Cambien de postura poniendo los brazos en jarras y taladrandolo con unos ojos oscurecidos hasta el extremo de parecer negros como noches sin luna ni estrellas.
- Vamos por partes, señor sabio- dije lo último con un poco de sorna en la voz, antes de acercarme un poco más.
- Punto uno: Humillada, humillada, lo que se dice humillada, no estoy. No se como estará tu ego pero el mio sigue como siempre. Además de que eres mayor que yo, y, yo no estoy tan herida. La transformación es algo doloroso pero normal en la vida d elos lycan.
y para remarcar mis palabras, hice un gesto contando los puntos.
- Punto dos: tanto " la magia me hace superior, la magia me hace superior" pero mi padre tambien era brujo y se lo cargo un puñetero aquelarre de vampiruchos de tres al cuarto.
Y volteandome hacia el lugar donde Simi estaba desmayada, sangrando, sonrei de manera taimada y volví a la carga.
- Y Punto tres: que yo sepa, aquí, en mi pueblo, y en la luna, cuando los contrincantes se desmayan, no hay lucha que interrumpir. Tio borde. Encima que te ofreció caramelos- hablada de mi actitud como una niña pequeña como si fuera una entidad a parte. la verdad es que en parte, lo era.

A aquello lo llamaba ponerme los puntos sobre las ies, ¿quien era esa para darme explicaciones?... no, no me gustaba nada que me corrigieran y menos una niñata mocosa con aires de superior:

Bueno... me da igual, pero te he ganado señorita mocosa, tanto decir que eras mas fuerte que yo y ha quedado en nada.

Ese mago que dices hechicero, tendría que ser de los que no valen para absolutamente nada mocosa, aí que menos alardes de grandeza.

Desmallarse lo hizo después por la perdida de sangre cuando apareciste delante mia... con esos... caramelos como llamas estaba en pie e intentando dar guerra, pero claro... no aguantó mi ataque, espero que muera desangrada-dije escupiendo al suelo y clavando mi mirada en la loba

Ante semejante perorata, y sarta de insultos, retrocedí varios pasos con la cara fruncida en un mueca de enfado.
Cogí carrerilla, y me lancé sobre él al mismo tiempo que giraba en el aire y me quedaba en camisa y los shorts de chico que usaba bajo la ropa, arrojando el resto al suelo en un movimiento rápido, me transmute y aterricé sobre su pecho gruñendo. Me limité a ionclinarme y darle un mordisco lo más suave que pude sobre la herida del hombro, casi como al jugar en una manada, antes de retirarme y en un par de movimientos rápidos tener mi mochila y mi ropa sobre mi de nuevo.
Me encaminé hacia dondé estaba Simi tirada en el suelo, y con un pedazo de tela de lo que antes fue mi camisa le vende las heridas.
Luego, caminé, dirigiendome al borde del claro, donde recogí mis armas y las devolví a su sitio. Girandome hacia Leucis, sonreí por primera vez en todo el rato y hablé.
- Me lo pensaré, pero no me cuentes como algo seguro. Voy por libre. Aunque a lo mejor un día me da por ayudarte en algo. Soy mercenaria, al fin y al cabo...

De pronto me la vi encima cosa que me hizo gruñir... pero el mordisco dolió... si no hice nada fué por el hecho de que sabía que no me mataría de que solo iba a demostrar que podía cogerme por sorpresa, y debía darle cova, ya que eso demostraba que su orgullo estaba muy dañado.

Me levanté mientras miraba a la chica ayudar a su amiga, si una muy débil... acababa de demostrarle lo que era mi poder a ambas, y una estaba a punto de ceder, quizás una omo ella entre mis filas era lo qjue necesitaba:

Perfecto, si decides que no, no te interpongaws y todo seguirá bien para ti-dije tajante-Si eres mercenaria vas contra la ley... ¿y que mejor para ir contra la ley de este mundo que luchar a mi lado?

Levante las palmas de las manos hacia arriba y me encogí de hombros.
- No prometo nada, pero haré el esfuerzo- anuncié, divertida;que mi parte sádica era mi parte sádica, y necesitaba desmembrar algo cada x tiempo para no dañar a nadie. Y, que me jor sitio para destrozar gente, que en una guerra... claro que me daba más bien igual a quien destripaba.
comencé a andar hacia la espesura cuando recordé algo importante.
Volví caminando hacia atrás de espaldas y me reí levemente. El estómago me rugió de nuevo. Me llevé la mano al bolsillo trasero del pantalón y saqué una tarjeta impresa en papel grueso y a la visa caro, con la palabra Bloody W. escrita en tinta escarlata. tomándola con la mano, la lancé hacia el hombre, segura de que la cogería.
- Suelo parar de vez en cuando por el cementerio, y soy bastante fácil de encontrar. Enseña la tarjeta a cualquiera del mundillo y estaré allí en un santiamén. Eso si. Yo no lucho gratis.- hice una especie de saludo militar, juntando el dedo indice y corazon de mi mano derecha y acercandolos a mi frnete para separarlos en un movimiento brusco. Un movimiento hizo que una de mis orejas girase en esa dirección. Mientras echaba a correr hacia el bosque, me di la vuelta y grite, a modo de broma.
- Hasta luego guapito de cara, ahora se un buen humano y no le hagas cosas feas a las hadas inconscientes...- un delicioso aroma me hizo callar y aumentar mi velocidad- ooowoooo... ciervooos....- y sintiendo que se me iba a caer la baba en breves, forcé la marcha y aulle reuniendo a los lobos del bosque a mi alrededor, corriendo juntos por el bosque el pos de lo que sería mi comida.