Meditación (LIBRE)

Mi presencia estaba esa noche en la plaza, frente a la diosa Erathis meditando sentado con mis piernas cruzadas en el frio suelo de piedra a la vez que la brisa de la noche me hacía tranquilizarme.

Meditaba por lo acontecido en el día no gran cosa, pues tan solo había estado vigilando, pero la vida de un paladín se basaba en eso, luchar cuando se requería, rendir culto el resto del tiempo, algo el cual yo me tomaba al pie de la letra estando inexpresivo con mis manos en mis piernas y ojos cerrados.

Los pocos sonidos transmitidos por la naturaleza era tan solo un referente más de la noche que se vivía, a pesar de que en esa plaza hubiera algunos árboles alrededor de ella, la escases de vegetación y de animales era vigente por lo que el sonido relajante de las hojas era escaso ubicando mi descanso y relajación en la brisa del aire la cual llevaba las penas de otras personas en ellas sin yo poder sentirlas, pero a su vez pensando en ellas

Había abandonado el palacio desde tempranas horas de la mañana y, a pesar de ser casi medianoche, aun no había decicido retornar a su morada. No tenía motivos aparentes pero sin embargo quería caminar, dar largos paseos por aquella ciudad que desde su niñez la había visto crecer y florecer.

Ahora pues sus pensamientos cada vez eran más lugubres de lo que hubiera deseado: Pensaba en muchas cosas pero al mismo tiempo en nada, sobre las diferentes contiendas que azotaba a la ciudad como en las consecuencias de las mismas, nada del otro mundo, nada que no pensaran los demás ciudadanos.

Suspiro y llevo una de sus manos a sus ojos, acariciandoselos con suavidad, retomando el aire y observando los parajes que siempre habían salvaguardado la plaza de la ciudad. Nada diferente, las mismas gentes, árboles y animales, personajes y bellezas sin pares, e incluso la luna se que se le alzaba pro encima de su cabeza era la misma, pero al mismo tiempo era distinta. Después de todo... ¿Cómo podía ser la misma luna si aparecía en un momento y lugar indeterminado y totalmente diferente al anterior? Se regaño a si misma, tanta filosofía no podia ser buena y menos para ella.

Saber escuchar para poder ver más allá de tus ojos, ver que no había nada en tu alrededor y saber que lo había todo, escuchar significaba eso saber lo que te rodeaba sin necesidad de mirar todo a tu alrededor, observar todo lo que te rodeaba sin tener miedo a que esto pudiera convertirse en algo en tu contra.

Y fue eso lo que me hizo percatarme de los pasos de alguien, por sus pasos, era humano, mas por la forma de andar paseaba, mas no era sigilo, me incorporé abriendo los ojos y miré a la fuente, la luz de la luna me señalaba un lugar donde la silueta era la de una mujer pero obviamente no la reconocía a tanta distancia por lo que me acerqué con tranquilidad.

Mi sorpresa fue al ver a la mismísima princesa, cosa que me sorprendió, pero al no ser muy expresivo al menos no en momentos de relajación como ese lo único que hice fue acercarme notando que no llevaba escolta y arrodillándome ante ella en señal de respeto:

Bienaventurada esta noche pues no todo lo hermoso duerme-dije de forma cortés mientras proseguía-Buenas noches alteza

Soledad. Era el sentimiento que abundaba su corazón en esos momentos, los mótivos no eran otros que, precisamente, se encontraba sóla, acompañada de la hermosa luna llena pero...está estaba demasiado lejana como para escuchar sus palabras o sentimientos, demasiado lejos como para ser su consejera, amiga y aliada, pero si había sido la única que, durante sus largos paseos por las calles, había estado presente para bien o para mal.

Oscuridad. La noche de por si era interminablemente tenebrosa, se escuchaban sonidos más allá de las lejanas fortalezas y murallas de la ciudad, sonidos proveniente de sus bosques y secretos. ¿Qué sería está vez? ¿Un Orco con su famoso grito de guerra o tal vez un flamante y bello elfo con su cuerno? Nolo sabría pero tampoco le importaba demasiado, todo aquello que tuviera que ver con la guerra era mejor tenerlo al margen de su mente. Una mente que, aunque inocente, estaba oscurecida por la pena y el dolor.

Luz. La luna alumbraba su camino, pero era extraño que lo hiciera dado que era la dueña de la noche, de su contrapunto la oscuridad. Sin embargo ahí estaba, alumbrando su presencia y terminando con el eco de su sombras. A medida se encaminaba por las parcelas de la plaza de la diosa se podía percatar de que no estaba sóla, de que había alguién más que hacia de presencia opaca entre sus tinieblas, una llama de luz, un graznido de esperanza. Así es, la luna nunca duerme, nos hace compañía aunque este a años luz de nuestros abrazos Respondió con deje cortés y amigable a la par que también saludo Buenas noches mi señor

Me incorporé mirando a la luna, yo no me había referido a ella como la belleza que no dormía de noche sino a ella misma, un gesto cortés por mi parte ante triste semblante aunque de gran porte, la conocía desde hacía tiempo, desde antes de abandonar los dejes de mi señor, de su tiranía y su cambio repentino de humor, y desde ese día la guerra la había cambiado a un ser triste:

¿Cuál es el motivo que induce a su alteza a deleitarme con su presencia?-pregunté con tranquilidad mientras la miraba de forma tranquila.

Miré nuevamente a la luna, mis espadas yacían a mi costado ambas juntas como siempre, mi arco no, el solo estaba en este en momentos de guardia o simplemente en batalla, mas ahora las gentes dormían y solo algunos vagaban en el silencio de la noche

Había posicionado ambas manos en su espalda, observando aleatoriamente los parajes con el semplante de la bella luna mientras, dejaba pasar el tiempo, para proporcionarselo y asi pensará una respuesta contundente para con ella. Mi presencia no merece una explicación, simplemente no deseo descansar y si pasear por estos lares... Respondió con la misma voz tranquilida y simpatizante que pa caracterizaba pero sin perder la educación y la cortesía con la que había sido educada tiempo atrás ¿Y vos paladín? ¿Estáis de guardia o debo suponer que descansáis después de una larga jornada? Cuestionó instantes después retomando su mirada para centrarla en él

Mi mirada volvió a centrarse en ella, para esbozar una sonrisa ante sus amables palabras, aunque había que decir que alguno lo interpretaría como un desafio aquello de "merecer una explicación" pero para mi no era más que un derroche de sus encantos como princesa la cual como tal siempre debía tener algo de autoridad ante los demás:

Si la tranquila noche es un buen momento para descansar-dije de forma tranquila.

Su pregunta no me sorprendió era de esperar que me preguntara que hacía yo por ese lugar, por lo que sin apenas tiempo entre terminar ella de hablar y el comienzo de mis palabras le di una explicación tranquila y sosegada:

La guardia mi señora es algo que no se debe bajar en epoca de guerras, mas así descansaba con un poco de meditación y rezo a nuestra diosa-dije con tranquilidad finalizando mi explicación-¿Le importa que la acompañe en su paseo?

Escucho sus palabras mientras su mirada aún continuaba centrada en él, así mismo no sólo las escucho sino las estudio con amabilidad y suma tranquilidad: La guardia, estaba haciendo una ronda nocturna, entonces él era una de las muchas personas que protegian la ciudadela por las noches y que, al día siguiente, tocarían cama satisfectos de haber cumplido su labor prometedoramente bien. Época de Guerras...no sabéis lo cansada que estoy de ella y de contiendas sin sentido, de tener que llevar armas e incluso en mi propia casa y que tener que vigilar mi espalda ante el asecho de ojos oscuros y tenebrosos... Aunque hubieran sido esos sus pensamientos comunes antibélicosos está vez lo había dicho en voz alta, en un fino murmullo de tristeza tintado en su voz y en su mirada albarina. ¿Acompañarme en mi paseo? No me gustaría robaros vuestro valioso tiempo...

Sus palabras llegaron a mi corazon como si verdaderamentes fueran mias, como si el manto gris y oscuro que vivia en ese reino se iluminara por las palabras de su heredera la cual pensaba igual que yo, aun había esperanza, la esperanza de añorar la libertad que buscábamos, de acabar con las guerras, pero también era consciente de que si queríamos sobrevivir... debiamos luchar:

Ningún bando esta libre de culkpa hacen falta dos para luchar-dije con tranquilidad mientras la miraba-La codicia... el miedo a la perdida son las raices del arbol del mal, la libertad con violencia no es nada

Miré al horizonte y respiré ese aire puro que embriagaba, negando con mi cabeza y suspirando para contestar:

No, la verdad que hablar con su alteza es agradable... su punto de vista lo es, pero si lo desea, abandonaré toda copnversación al respecto-dije con una sonrisa

Hacen falta dos... Pero cuando a ello se le suman miles de víctimas inocentes no tiene cabida ni demora. ¿Qué buscan? ¿Un trono donde sentarse? ¿Qué buscamos nosotros? ¿Los diamantes y el oro de las cuevas? Es inhumano Se abrazo a si misma, aterrada ante la sóla idea de que fuera por la codicia el motivo de la guerra, era una razón muy vil y malvada para una contienda en la cúal morian personas de ambos bandos todos los días tras esos muros del horizonte.

Se tomo unos segundos para intentar tranquilizarse y de pedir disculpas por su "estallada" de sentimientos y emociones que para nada tenían que ver con el pobre paladín que le había tocado soportarla. Un paladín del cúal no conocía ni el nombre, y aunque no lo pregunto por respeto sin duda se lo quedo guardado con el fin de sorsacarselo o averiguarlo ella misma al día siguiente con alguna excusa Disculpadme mi señor, no lo decía para haceros sentir mal en ningún momento, sino con el noble sentimiento de que tendríais mejores cosas que hacer que acompañarme en un paseo.

Cualquier guerra es mala, pues si se luchara por la libertad... ¿merecería la pena destruir por ella?, da igual que sean oros riquezas libertad, todo significa destrucción muerte engaños... mas no podemos hacer absolutamente nada por ello tan solo esperar-dije con tranquilidad.

No estaba libre de pecado ni de culpa... yo mismo habia segado vidas en post de lo que creia... la libertad... mas por ello servía a los templarios porque en una ocasión su jefe creía en ellos, pero ahora que había perdido su cordura... yo era uno de los pocos que intentaban mantener el bien en esa iglesia:

Alteza... no ha de disculparse por dar su punto de vista lo respeto y doy el mio... por favor prosiga es una conversación provechosa sin duda-dije con una inclinación leve en un gesto amable

¿Para que nacemos si estamos condenados a la cruel tortura de la guerra? Estoy segura de que este no era el destino que la Diosa Erathis quería para sus gente y su pueblo... Y aunque ni ella misma lo deseaba admitía que los paladines eran necesarios para la protección de muchos en aquella ciudadela, al igual que para ellos eran los paladines para las otras razas debían de haber otros hombres y mujeres lo suficientemente valientes y fuertes como para cumplir con dicha labor.

Pero no lo comprendía. La libertad es nuestro bien más preciado, ¿Porque debemos pagar este precio tal elevado por ella? ¿Cuántas muertes, desrramamiento de sangre y vertidos de espada deben de ver nuestros ojos y sentir nuestras manos para alcanzar la paz? ¿Qué tenía de malo la paz? Nada, y estaba segura de que si no hubiera guerra podría haber dicha esperanza a la paz y a la unificación de todos los reinos, donde la bondad inundaría los corazones de todos sus habitantes y los niños podrían correr y disfrutar de sus paisajes sin fronteras algunas.

Pero ahora crecían con el odio y con el miedo. Eran orgullosos y prejuiciosos en sus acciones y deseos, más muchos de ellos eran hasta racistas o con tratos superiores para con el resto de las criaturas. ¿Valía la pena un futuro así? No. Suspiro y dispuso a intentar cambiar de tema, por lo menos responder a sus palabras siguientes No me llaméis alteza, os lo ruego. Y en relación a mi punto de vista.. sólo intento no molestaros más de lo que debo estar haciendo al críticar tan duramente las acciones por las cuáles convivis día a día

Para intentar cambiar el mundo que los tiranos y la gente con ansia de poder construye alteza-dije con tranquilidad, estaba seguro de ello de que había que hacer frente a aquello con uñas y dientes, hasta el final, no flaquearía ante mi misión de proteger lo que quería, y proteger a los habitantes de esa ciudad.

¿Y por que debemos aguantar que nos la arrebaten?... cierto... la libertad no es una escusa para derramar sangre... pero... ¿Aguantarías vejaciones de los tiranos por el mero hecho de no derramar sangre... si yo si... pero no aguantaria que segaran vidas por ello... y por eso me defiendo-dije con tranquilidad.

Ya vivía bajo la sombra de alguien arisco, aunque antaño de una nobleza extraordinaria, pero asi eran las cosas (que falta de inspiración-.-), miré a la princesa iclinando la cabeza sus deseos eran ordenes para mi:

De acuerdo señorita Ana, no se preocupe... viendo sus opiniones estará en desacuerdo con mi trabajo, aunque si vieras mi punto de vista todo sería distinto-dije con tranquilidad mientras parpadeaba levemente

En parte tenéis razón Admitió con deje pensativo y altivo, observando los bellos parajes que hoy en día florecian por la ciudad de Erathis, esa belleza no se había perdido y todo ello era gracias a las luchas y a las desventuras de los paladines y druidas, por su sangre desrramada y por su lucha eterna por la justicia y las ansias de paz y libertad.

Ana no era simpatizante de la guerra aunque comprendía que para que hubiera un mundo de paz como era su deseo debería haber sangre vertida, que lo comprendiera no era lo mismo que la aceptación pues jamás lo haría pero debía ser realista y si aquellos atacaban su pueblo tenia el derecho a ser defendido, para bien o para mal estaba en una encrucijada mental Disculpadme nuevamente si mis palabras han sido en algún momento ofensivas o en vuestra contra, no soy amante ni simpatizante de la la contienda pero...admito que gracias a hombres que vos se puede dormir tranquila... y os agradezco que cumpláis con vuestra labor tan bien como la defendéis ante mi

Tener razón o no no me importaba, eran tan solo puntos de vista varios los cuales no podía hacer nada por detener, simplemente escucharlos y sonreir, pues que eran sino la libertad si no se podía dar opiniones varias... nada por supuesto.

Ate su disculpa no dudé en inclinarme y negar con la cabeza, ahora recordando que esa mujer no conocía mi nombre, mas sus palabras me transmitian tranquilidad y sosiego algo importante para mi pues se veía alguien lucida en estos tiempos tan acacios:

No hace falta que se disculpe por dar su punto de vista alteza, mas es un honor proteger este reino asi como sus gentes-dije con una sonrisa tranquila para mirar al frente unos segundos y luego presentarme-Por cierto madame, es justo presentarme, me llamo Elessar Pendragon mi señora

Negó con la cabeza ante su, nueva, inclinación. No tenía porque hacerla dado que se encontraban hablando tranquilamente, en medio de aquella hermosa plaza y frente a la estatua de su diosa, no había prótocolos de por medio, solo dos personas intercambiando opiniones y gestos. Sin embargo sintió interiormente al haber conseguido el proposito futuro sobre el averiguar el nombre del paladín, para bien o para mal no le había hecho falta preguntar pues este se había presentado por si mismo Debo decir pues que es un honor y un privilegio conoceros Elessar Pendragon, más...mi presentación es truncada por mi título pues no puedo añadir nada nuevo que vos no sepáis de por si

Sonreí de forma placida agradable a la vez que mi mano pasaba por las flores situadas en un macetero de un edificio junto a mi en ese paseo, las tipicas flores que colocaban en las plazas como tributo a los dioses:

El honor es mio bella dama tener el privilegio de poder compartir sinceras palabras con alguien de la realeza-dije con una sonrisa sacando de raiz una de las flores y entregándosela-Tenga, para usted, plantela donde pueda cuidarla, pues la diosa de seguro le complacerá que dicha flor esté en alguien con un corazón tan puro

Le observo con tranquilidad pero con complicidad, pues las palabras sinceras y una conversación de buena mano no se le proporcionaba así como así, pero la agradecia, a la par que también hubo que agradecer el gesto de amabilidad que el paladín le proporciono al entregarle la raiz de las flores Os agradezco el gesto, es una flor verdaderamente hermosa... La recogió y la sostuvo entre sus manos, meditando el lugar apropiado para su plantación al retornar a palacio ...Más creo que errais, estoy segura de que la Diosa Erathis hubiera elegido mejor a otra persona más cualificada que a mi para esto, pues mi corazón, a pesar de que vos digais de que es puro, se está marchitando a medida pasa el tiempo

Mantuve mi mirada en ella, sonriente tranquila tierna tras ver como depositaba esa flor en el bolsillo de su vestido mientras escuchaba sus palabras, esa mujer no se podía estar marchitando porque se estuviera volviendo su corazón marchito sino pues por el hecho de ver como las cosas salían mal a su alrededor, eso era tener nobleza:

Mi señora con el debido respeto... su corazón no se marchita, ser puro de corazón es ser alguien predispuesto a no flaquear ante nada... y creame... su corazón no se marchita porque no quiera luchar-dije con una sonrisa, sabía de lo que había ocurrido con el itento de desposarse fallido-Mi señora... daría mi vida sabiendo que esa flor correrá mejor suerte con usted que con un jardinero...

Había intentado en todo momento mantener la mirada con la de Elessar, sin embargo el hecho de que este se la devolviera y le hubiera proporcionado aquellas hermosas y alagadoras palabras provoco que la desviara entimidada aunque más por tímides que por verguenza Vaya, pues tendré que cuidar de esta hermosa flor...no queremos que la ciudad de Erathis pierda a un valioso paladín por cuenta de su princesa ¿Verdad? Cuestiono con deje bromista para después meditar sus primeras palabras y aunque no las respondio se las guardo para si misma, sin duda alguna agradecida por ellas y su gesto

La mirada de la princesa se desvió, tímida, si así era ella una persona timida pero a la vez amable, la princesa se habia medio sonrojado en esa noche tranquila debido a mis palabras, vaya no pretendía hacer tal cosa con mi cortesía era algo que no acostumbraba a hacer demasiado, pues no solía tratar con ninguna dama y siempre quería que cuando tratara con alguna se llevaran buena impresión de mi:

Erathis no perderá un paladín por cuenta de ella, bien sabe la diosa que si por algo he de morir es o luchando por los ideales o esta ciudad, o de una enfermedad la cual desate mi último suspiro-dije con una sonrisa viendo su forma de bromear, la había captado y seguido, pero no solía mostrar mucha expresividad en nada de lo que hacia

Asintió con levedad dandole la razón sobre la manera más digna y noble de caer para un paladín o un noble guerrero Estoy de acuerdo, es preferible desfallecer de ese modo que haciendolo por una flor, por lo menos para alguien como vos cuya vida gira en torno a las armas y la protección de la ciudad

Elevo brevemente la mirada después de varias deliberaciones mentales sobre el motivo de su sonrojo y tímides, sólo habían sido palabras amables y corteses, nada del otro mundo, pero sin duda habían sido sinceras cosa que agradecia después de todo lo ocurrido con el líder de los paladines...no quería una cuenta nueva que saldar o un motivo nuevo para no dormir y sentirse culpable por las noches.

No me importaría fallecer por proteger esta flor, ¿sabe?... no me arrepiento de luchar por lo que creo, pero si me arrepiento de los métodos en tal caso... aceptaría ir a los infiernos para así los demás disfruten de su cielo-dije con una sonrisa agradable y tranquila pues la chica no me había entendido medianamente a sus palabras.

Su mirada volvió a mirarme cosa que agradecí pues no quería incomodarla, aunque había algo en ella que me embriagaba, había algo que me echaba hacia atrás, su forma de pensar... podría ser si... pero no queria ser un necio... solo era un embobamiento

Preferiria que no fuera así Murmuro semialarmada por las palabras que Elessar había dicho instantes antes de su petición. ¿Fallecer por la protección de una flor? Deliberadamente era como morir por ella y no queria eso, jamás se lo perdonaría. Así pues no era lo único que le había dicho sino el desaparecer y ser absorbido por los fuegos del infiernos para que el resto habitaran en los cielos ¿Es que acaso no pensaba en su familia y amistades?

Tomo entre sus manos las mejillas del paladín para que pudiera mirarla a sus ojos, los cuales temian por la vida de aquel hombre que... extrañamente, le estaba resultando más importante de lo que hubiera esperado No digáis eso por favor.. ¿Qué pensaria vuestra familia si desapareceis? Los hareis socumbir en la oscuridad y la tristeza por vuestra perdida

Sabía que preferia eso, pues yo tampoco quería morir por algo así, ni por nada, no quería morir, no quería guerras, no, pero era por ello por lo que luchaba, para proteger, nunca para conquistar, era algo que me caracterizaba, no quería alardear de nada tan solo proteger todo lo que me rodeaba.

Mi familia... acallada hacia muchos años por unos orcos... no tenía familia pero no la iba a incomodar diciendole que no tenía por lo que mis palabras fueron otras de menor grado:

Mis padres estarían orgulloso de ello... orgulloso de que luche como ellos por lo que quieren hasta el final-recordaba nitidamente cuando mis padres hacian lo posible para defenderme...