Alguien a visto mi hueso??*mira a ambos lado* tengo hambreee( Xiamamara)

Llegué al sitio ese tan raro, porque allí había enterrado un alijo de huesos, metidos en ua bolsa. Dejando mis cosas y mis armas a un lado, me puse a olfatear hasta llegar a un punto y comenzar a escavar como un verdadero perro. Huesos...huesos huesosss
- Huesos, huesos, huesos, huesos, hueeesooos....- Que bien, huesos con rica médula que comer...babeaba pensando en ellos. Al final, el hoyo era tan profundo que solo asomaban de la tierra mis peludas orejas de lobo. Jadeando del esfuerzo, miré enderredor y me di cuenta de que mis huesos no estaban.

Cantando alegremente llegó Simi al árbol seco, aunque se paró para contemplar con tristeza como la hierba había dejdo de crecer. Oyó algo que parecía como si estuvieran escavando. Intrigada, vio un hoyo donde sólo podía ver uas orejitas asomando. Se elevó un poco del suelo gracias a sus alas yse acercó volando para ver a un lycan buscando algo. Río suavemente, divertida. Parecía un perrito.
- Perdonad. - Llamó con voz suave, sonriente. -¿Os puedo ayudar en algo?

Miré hacia arriba, y del susto, resbalé y me caí de culo, tirandome encima un montonaco de tierra. Sacudiendome como un perro la tierra y escupiendo la que se me había metido en la boca, miré de nuevo hacia arriba. No era nigún bicho malo. Era una hadita. Asentí.
- ¿Has visto un montón de huesos por aquí? Escavé y escavé pero no aparecen...- agache los ojos avergonzada, y comencé a retorcerme el pelo de la cola, nerviosa. No había nada más humillante que un Lycan que pierde sus huesos...

Ladeó la cabeza, pensativa, aunque luego la miró sonriente de nuevo.
- La verdad esque no. No excavo en mis ratos libres. - Bromeó.
- Además, no me gusta demasiado venir aquí... - Añadió con voz triste. Le tendió la mano para ayudarla a levantarse. La muerte que reinaba en esa parte del reino la acongojaba.

Negó con la cabeza ante el gesto de la hadita. Quería sus huesooos. Como si le diese la razón, su estomago, literalmente, rugió.
- Lo siento, señorita Hadita, pero Akiro quiere sus huesos porque Akiro tiene hambre- dije totalmente convencida, con la infantil voz que se me ponía cuando tenía demasiada hambre. Volví a escabar durante un rato, pero alcé de nuevo la cabeza para ver a la hadita con actitud especuladora. Negué, recordando a mi brathair y continue hasta que encontre lo que buscaba. Una tela naranja chillón.
La cogí con los dientes y me impulse fuera del hoyo con los brazos.
-Huesooos huesiitosss...- murmuré canturreando, antes de abrir el paquete, sacar un hueso y comenzar a roerlo.-¿las haditas no viven en el bosque y son pequeñitas como luciernagas?¿como creciste tanto hadita? ¿que haces tan lejos del bosque?

Simi sonrió ante la actitud infantil de la lycan. Cuando ra más pequeña también le había dado por habla de sí misma en tercera persona. Le parecía una actitud adorable. Apoyó las manos en las rodillas y la observó mientras escavaba. Rió alegremente cuando sacó los huesos. Sin duda era adorable. Y desde lugo, muy distinta a Matt. Se sentó a su lado, y al oir sus preguntas, no pudo evitar sonreir.
- No, cielo. Somos tan altas como cualquier otro humano. Y estoy aquí porque me quedaba de paso. ¿Que haces tú aquí, Akiro?

Abrí los ojos como platos.
-¿ Como sabes mi nombre?- después caí en que había hablado en tercera persona- Ahh~~ cierto...te lo dije....- Dejé el hueso a un lado y sonreí.
- Buscaba los huesos que escondí aquí- continué comiendo, pero saqué otro hueso y le ofrecí- ¿quieres? no es de un ser pensante, así que no hay problema...- miraba fijamente a la hadita, intentando verle las alas. Haditas. Creo que nunca había visto una Hadita, y en mis libros de cuentos siempres las ponian como luciernaguitas chiquitinas....

Negó con la cabeza, riendo. La pequeña Lycan le caía muy bien. Tenía esa inocencia y bondad de la que muchos carecen. Sintió la necesidad de acariciarle tras las orejas. ¡Era tan apachable...!
- Eres una lycan un tanto extraña, Akiro. - Dijo con cariño. Al ver si intento de verle las alas, las extendió, ladeando un poco,para que las viera.

-Ohhh~~¡¡Alitas!!- exclamé contenta- me gustas las Alitas, son muy monas... aunque puestos a pedir, prefiero las alitas de pollo....- me inocorporé y comencé a girar alrededor de la hadita, riedo y admirando sus alas.
- Alitas, alitas, alitas para volaar~~ cantureaba, dando vueltas sobre mi misma hasta que me caeí al suelo del mareo, y me eché a reír. Meneaba la cola freneticamente, feliz, y las orejas no paraban quietas.

Empezó a reir con energía cuando soltó lo de las alitas de pollo. ¿De donde sacaría esas ocurrencias? Pero la verdad esque le encantaba. La observó mientras giraba, sonriente. Parecía hacerle mucha ilusión. Ladeó la cabeza y volvió a reir cuando se calló y se rió. Le acaricio la cabeza sin poder contenerse. La lycan era del todo achuchable.
- Me llamo Simi. - Se presentó con su diminutivo.

Tenía la lengua fuera al estilo perro, y cerré los ojos al notar que me acariciaba. Era mi temporada de muda y el pelo comenzaba a picarme.
- Yo soy Akiro del clan Blakmoon... ¡encantada de conocerte Hadita Simi!
Miró alrededor.
- sigo sin entender porque Simi esta en este sitio tan mustio, si las haditas viven en los árboles grandotes, y hacen fiestas alrededor de circulitos muy graciosos con los elfos bonitos....- no me cuadraba con mis libros de cuentos. Para nada. Jooo seguro que brathair me habñía engañado como a un orco tonto. Le iba a mroder por esto. Mu fuerte. En el brazo.

La escuchó hablar y se la quedó mirando un segundo con brillitos en los ojos. Le recordaba mucho a la niña que era antes de morir sus padres. La achuchó fuerte y restregó la mejilla conrta la suya.
- Lamento si te molesto, pero no puedo evitarlo. - Soltó con vergüenza. - ¡Pero esque eres tan mona!
Simi se entusiasbama muy fácilmente. Admás, las cosas monas eran su perdición.

Me quede quita dejando que me achuchara, un poco exrañada.estaba sentada en el suelo con las piernas estiradas, las manos en el regazo, cara de" no entiendo nada" y con la Hadita Simi abrazandome. Cuando mi cerebro hizo la conexión, puse cara de felicidad y meneando la cola alegremente.
- La hadita Simi es muy cariñosa, Simi si es mona, con sus lindas alitas para volar- contesté.- pero a Akiro le gustan los mimos, hacen que Akiro se sienta como un cachorrito otra vez... me gusta cuando brathair me rascas las orejas.